Campamento urbano de la diócesis de (Donostia), San Sebastián “Construyendo la casa común”

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Desde Mira-Cruz, os comparto una experiencia vivida este mes de julio, en un Campamento Urbano lanzado por la pastoral de Inmigrantes de la diócesis de Donostia (San Sebastián), para los niños en riesgo de exclusión.

Antes del Covid19, tuvimos en la diócesis varias reuniones con la pastoral de inmigrantes para lanzar un campamento con la participación de 100 niños.  Desde ahí se nos hizo una llamada a colaborar con los jóvenes del colegio.

Yo propuse al grupo de Asunción Joven esta iniciativa y se animaron 15 a dar su tiempo voluntariamente.

Durante el periodo del confinamiento pensamos en suspender esta actividad con mucho dolor…  A finales del mes de junio…se vio una posibilidad de realizarlo solo con 60 niños.

Después de dos días de formación con los monitores respecto al Covid 19 y de cómo gestionar las vivencias… emociones, sufrimientos debido al confinamiento de los niños y monitores nos lanzamos a vivir esta aventura; con medidas muy rigurosas sabiendo los riesgos que corríamos…, estaban en juego las vidas de los niños y familias que lo habían pasado mal.…

Empezamos esta “carrera solidaria” el día 13 hasta el 18 de julio (estaba previsto hasta el 22 ), pero con el despunte de nuevos brotes se nos aconsejó cortarlo. Con mucha pena por parte de los monitores, niños y familias.

 Una corta experiencia, pero suficiente, para el momento que vivimos. Nos ayudó a todos para abrir los ojos a las necesidades de los que tenemos muy cerca. Los jóvenes descubrieron que con poco se puede hacer mucho. Se sintieron muy queridos por los niños.

Al grupo de monitores de la Asunción se unieron los de los jesuitas y claretianos, hasta formar un grupo de 22 monitores jóvenes.

Comenzábamos el día a las 9:00 de la mañana, con una oración y orientación para el día.  A continuación, por grupos,  con los niños hasta las 16.00 de la tarde realizando actividades en la playa, monte  y parques cercanos.  Los grupos eran autónomos, para todas las actividades incluso para la comida, sin mezclarse unos con  otros…

Por la tarde hasta las 20:00 organizamos la convivencia-formación entre monitores. Eucaristías, interioridad, reconciliación, dinámicas, danza contemplativa, círculo del silencio...etc.

El día 22 terminamos en nuestro colegio con la evaluación, donde pudimos compartir lo que había supuesto para cada uno la participación en este voluntariado y las vivencias que tuvimos.

Es la primera vez que se hace un campamento de este tipo en esta diócesis, uniendo distintos carismas. Una gran llamada a continuar para todos. Los pobres y los jóvenes nos unen.

Os comparto uno de los muchos testimonios.

Testimonio Walter:

“La experiencia que me deja el campamento son muchas cosas, entre ellas se encuentran sentimientos (cariño, motivación, felicidad), emociones (alegría, sorpresa, positividad).

Me marcó mucho esta experiencia ya que el estar días completos con los niños jamás lo había realizado y para mí fue un cambio de rutina diaria completa.

Pero sobre todo con lo que me quedo de todo esto es el que para hacer feliz a una persona no se necesita grandes lujos ni riquezas, desde lo más pequeño podemos ser felices”.

Personalmente esta experiencia me ha llenado de alegría, lo recibo como un regalo para los 50 años de votos. “Arriesguémonos en las fronteras… con los jóvenes” Seguiremos…                            

Hermana Ana Mari Gallastegi - Comunidad de San Sebastián