Capítulos Mª Eugenia: Fe y amor a la Verdad

Nuestra santa Mª Eugenia siempre es actual y está presente en nuestro caminar. Hoy queremos profundizar algunos de sus capítulos sobre el Espíritu de la Asunción de 1878 y adjuntar el comentario que Cristina González nos ha ofrecido; nos servirá para prepararnos mejor a su fiesta.

 

 

María Eugenia habla este capítulo de la fe y del amor a la verdad. Cuando M. Eugenia habla de Dios, de la Adoración, habla de la fe. Toda una dimensión de nuestro ser aspira a Él y, a la vez, esta es una cuestión de fe. Tenemos que creer sin ver, avanzar, caminar a tientas para entrar en el conocimiento de Dios, en la intimidad de una relación. Para nosotras, en la Asunción, por nuestra misión de cristianización de la inteligencia, es decir, ayudar a otros a entrar en este camino, la fe es central.

María Eugenia nos habla de la fe como otro derecho de Dios, otra respuesta a Dios. Dios se revela, Dios nos habla, me habla, se revela a mí y tiene derecho a ser escuchado, creído. Y como el amor y la adoración son una alegría, creer es para nosotros una alegría, avanzar en la fe es una alegría. La fe nos realiza como personas, como mujeres, como santas.

A veces tomamos la fe como algo ordinario, o algo que depende de nosotros, como un caminar… Y creer es una gracia. Es Dios quien tiene la iniciativa, quien se revela. Y es una enorme gracia conocer la revelación de Dios hecha en Jesús. Y conocer a Dios es también una gracia, y cada día nos damos más cuenta de lo que esta gracia es.

María Eugenia nos cuenta la historia de San Agustín como la de un continuo buscador. Y ella misma y M. Thérèse Emmanuel han luchado por la fe. El haber recibido un conocimiento de la revelación de Dios es un gran don.

La revelación, recibir la Palabra de Dios en la Escritura, es una gracia que se nos ha dado. Es bueno pararse ante este don recibido, el poder conocer a Dios a partir de su propia Palabra, en la comunidad de creyentes animada por el Espíritu. Nuestra gratitud se expresa en una fe viva, en una búsqueda de la verdad que nos forma y transforma nuestra inteligencia, aviva el amor. Necesitamos la fe tanto como el amor. Cuando damos la respuesta de la fe, cuando buscamos la verdad, cuando frecuentamos la Palabra… esto nos forma. María Eugenia dice que esto nos conforma. Nos invita a que la verdad viva en nosotras, nos forme y transforme nuestra inteligencia, avive el amor.

En la Asunción nuestra fe está continuamente formada por la Liturgia, por la Palabra de Dios, las lecturas tanto en la liturgia como en la lectura espiritual. Tenemos este tesoro de la Iglesia, transmitido y renovado continuamente. Por nuestra parte, esto pide trabajar, buscar. Por otra es un don, una gracia, un honor.

Importancia de reflexionar sobre el propio camino de fe: ¿Cómo he llegado a la verdad? ¿Cómo se ha revelado Dios en mi vida, a mí personalmente? ¿Cómo me ha concedido este inmenso don de la fe para mí y para los otros? Padres, personas, cultura, pueblo…todo lo que ha contribuido a mi nacimiento a la fe. Y todo lo que la Congregación me ha dado en este amor a la verdad, a esta necesidad de llenar la inteligencia, el corazón… de la verdad.

Revelación de Dios a Moisés: Ex. 3, 16ss. Texto fundador de nuestra fe. Revelación del mismo Dios a un hombre que no sabía gran cosa, que iba huyendo tras un asesinato. A Moisés, en el desierto, Dios se le aparece en una zarza ardiendo hacia la que miraba, a la que rodeaba… Estaba atento a la vida. Y quiso ver y comprender por qué el fuego no se consumía. Dio un rodeo… Se puso en marcha. Y Dios le llama desde la zarza y se dirige a él. ·! ¡Descálzate…!

Dios prepara a Moisés a recibir una revelación: Yo soy el Dios de tus padres…Moisés temía mirar a Dios. Actitud de respeto, de temor religioso. Dios revela su ser s través de la revelación de su nombre. Y la revelación de Dios a través de su nombre es para cada uno y para los otros. Esta revelación es comunión: al dar a conocer el nombre, Dios revela su ser.

La revelación de Dios es comprometida. Dios se compromete: Yo estaré contigo. Esta relación de Dios con Moisés es una de las llamadas más bonitas de la Biblia. Una relación que se convierte en revelación, conocimiento, amistad, comunión… Revelación que transforma la vida de Moisés.

Otros textos de revelación: Mt 14, 22-33: Jesús camina sobre las aguas y Pedro con él.

Toda la Biblia es una revelación progresiva del Misterio