Fe y Carisma de la Asunción
El día 15 de abril dio comienzo un encuentro de la Asunción en el que 9 realidades, 18 profesores y 15 ponentes han participado en la formación en el Carisma propio de nuestros centros.
Todas las ponencias se han dividido en cinco bloques que se fueron desglosando con maestría todos los días, los cuales mantenían el mismo horario. A pesar de ello, es cierto que cada jornada brindaba una nueva oportunidad de aprendizaje en las cuatro ponencias que tenían lugar. Todas las conferencias tenían un hilo conductor brillantemente entramado, que posibilitaba entretejer los conocimientos adquiridos y la realidad de cada centro.
María Eugenia era una gran enamorada del modelo de enseñanza que muestra Jesús a lo largo de los textos sagrados, por lo que todo profesor que desea mantener vivo el espíritu de su estilo educativo integral debe partir de un conocimiento sólido y un amor fuerte a la fe cristiana. Cabe destacar la absoluta imposibilidad de la transmisión de la fe sin haber experimentado de manera personal la sed de Dios, la fuente del agua viva que Jesús ofrece a todo aquel que salga a su encuentro.
Las palabras que más presencia tuvieron a lo largo del curso fueron: amor, comunidad, experiencia y espiritualidad. Del mismo modo que es imposible transmitir la fe sin haber tenido experiencia de Dios, lo es vivir la relación con el Señor sin tener una comunidad con la que compartir esa vivencia. Es inherente al ser humano la necesidad de convivir y establecer lazos con los demás. En su misma esencia Dios es padre que ama, Hijo amado y la máxima expresión del amor. Por ello, es comprensible que estemos dotados de la capacidad de relacionarnos
Esta capacidad de relación con Dios no llega en la vida adulta, sino que está presente en los niños, como bien se expuso en la ponencia de la espiritualidad del niño. Es una capacidad inherente en los infantes la espiritualidad, el asombro y la comprensión y cercanía al misterio. Cabe destacar que la fe se construye, se refuerza y cambia a lo largo de las etapas evolutivas que atraviesan las personas. Es importante tener esto en cuenta para poder realizar un acompañamiento espiritual adecuado en los niños y adolescentes, de modo que el profesorado sea aliento para su crecimiento espiritual y no el motivo de su merma. Para ello, se debe tener en cuenta que no hay dos personas iguales, que no hay una fe con mayor importancia que otra y que la relación con Dios es un reflejo de la convivencia que el niño establezca con los demás.
Para acompañar a nuestro alumnado en el camino de la fe, debemos escuchar su experiencia y avivarla con la propia, sin restarle importancia a su vivencia y creando un espacio seguro para que puedan expresar su relación con Dios.
La educación que ofrece la Asunción está basada en los valores del Evangelio y tiene como objetivo, como bien promulgaba María Eugenia, la extensión del Reino, que solo será posible con un claustro que tenga una experiencia de Dios y sed de mayor conocimiento y acercamiento a Él. De este modo, viviendo diariamente los valores y predicando con el ejemplo diariamente, se conseguirá reforzar y afianzar la fe en el alumnado, dando pie a la creación de una sociedad íntegra.
El acercamiento a Dios parte de la lectura de la Biblia, así como de diversas fuentes que ramificarán en otras, de modo que se pueda transmitir la experiencia y los conocimientos. No se debe nunca olvidar que la mera transmisión de conocimientos no es fructífera sin una enseñanza vivencial, que ha de ser reforzada, en la medida de lo posible, por la comunidad educativa. El conocimiento de la fe debe ser los escalones que refuercen la relación con Dios, los instrumentos para que la unión que se establece desde la infancia se vea reforzada.
El ser humano como ser social necesita una educación sólida en valores que puedan promover una convivencia pacífica y consciente de la importancia de la existencia propia y ajena. La educación que se busca en la Asunción parte de una construcción de la fe basada en los valores del evangelio y la admiración inocente propia de la infancia. Ello tiene como consecuencia la apreciación absoluta y completa de la naturaleza y toda la creación divina. Por ello, es de vital importancia inculcar en nuestros alumnos los conocimientos propios de cada materia desde una perspectiva de fe y respeto, sin olvidar en ningún momento la importancia del espíritu crítico. No se busca crear personas que no sean capaces de cuestionar su modo de pensar, sino una construcción integral de la persona que les permita evolucionar, aceptando e, incluso abrazando, otras perspectivas y puntos de vista.
Es de vital importancia la valoración de la creación divina y la representación de la misma, por lo que aspiramos a que nuestros alumnos sean respetuosos con la naturaleza y que tengan una sensibilidad especial al arte, al mundo y a todo su entorno. En definitiva, se busca que los alumnos sean conocedores de la verdad, hacedores del bien y creadores de bellez
Todo lo comentado anteriormente se resume en el escudo de la Asunción, pues uno de los objetivos es invitar a los alumnos a unirse a la variada comunidad de la Iglesia, tomando como modelo a Jesús y como guía a María, sin olvidar que somos parte de la creación de Dios que ama, es amado y es Amor.
Clara López-Polín Peña