Voluntariado en Iguguno
Una oportunidad de experimentar la vida en comunidad y crear nuevas amistades.
Se podría decir que esta ha sido mi primera vez viviendo en comunidad con hermanas, la primera vez en la que he vivido tan lejos de mi casa, de mi familia, la primera vez en la que he convivido con personas con una cultura tan diferente a la mía y en un ambiente tan diferente. Pero nada de esto ha sido un inconveniente para hacer de Iguguno mi nuevo hogar.
No puedo decir que mi ayuda haya sido indispensable e imprescindible, lo cual me alegra, pero mi experiencia en Iguguno, Tanzania, ha significado para mi una oportunidad que me ha permitido ofrecer mi granito de arena en el colegio en el que he trabajado. En todo momento, he mostrado la versión más sincera y natural de mí misma, lo que me ha facilitado crear bonitas amistades tanto con los niños con los que pasaba la mayor parte del tiempo, como con las hermanas y los profesores.
Estoy muy agradecida por todas y cada una de las personas del pequeño pueblo, estas me han hecho sentir querida y acogida. Esto me hace sentir feliz por haberme encontrado con ellos y que ahora formen parte de mi vida y ocupen un hueco en mi corazón.
Siento que, gracias a esta experiencia, mi espiritualidad se ha visto enriquecida por los valores que Iguguno y su gente me han enseñado. La generosidad entre las hermanas, la preocupación y dedicación de los profesores hacia los alumnos, el compañerismo y altruismo entre los estudiantes y el cuidado y la entrega de los profesionales de la salud hacia los pacientes del dispensario.
Esta experiencia no ha hecho más que avivar mis ganas de seguir compartiendo vivencias con las personas que han sido mi familia durante mi estancia en África.
Lucía Seco