Comunicación del Capítulo General 

 

“El Reino de Dios se parece a un mercader en busca de perlas finas que, al descubrir una de gran valor va, vende todas las posesiones y la compra”.

 

Con este evangelio comenzó la reunión online que tuvimos el lunes 30 de septiembre para compartir el capítulo General que se celebró en París este verano.

 

En él, Lola, Lourdes y Luis Daniel nos compartieron lo que allí vivieron, trabajaron, rezaron y decidieron todos los participantes en el Capítulo General.  Y sí, sentimos que durante una hora nos acercamos a París de su mano. Saboreamos el ambiente internacional y sinodal en el que, como nos decía Luis Daniel, “se sentía el deseo de entenderse a pesar de no hablar, a veces, el mismo idioma”. 

 

Compartimos la elección de la General y su nuevo Consejo, conocimos algunas experiencias sinodales presentadas en el Capítulo y el informe de Rekha hablando de sus sueños y convicciones, releyendo lo vivido en los últimos 6 años, constatando el presente de la Congregación e intuyendo ese futuro lleno de esperanza que nos invita a construir juntos: religiosas y laicos. Teniendo en cuenta los resultados de las encuestas de las hermanas y laicos que se realizaron antes del Capítulo, se nos invitaba a reflexionar sobre los pasos a dar juntos para el mañana de la Congregación, alrededor de 4 palabras:

CONTINUIDAD: ¿Qué hay en La Asunción que es esencial mantener, potenciar porque es la raíz que nos nutre?

DISCONTINUIDAD: ¿Qué es aquello que hay que dejar porque ya no responde a las llamadas del siglo XXI?

ADAPTABILIDAD: ¿Qué necesitamos revisar y renovar para adaptarnos mejor al mundo en el que vivimos?

NOVEDAD: ¿Qué innovaciones estamos dispuestos a asumir para transformar nuestro mundo con los valores del evangelio?

  ¡Ahí es nada! Un reto que está ahora en nuestras manos, para rezarlo, compartirlo en nuestros grupos de origen, para ir concretándolo y así seguir dando pasos hacia el futuro, juntos.  Como decía Lola, “con la sensación de que el Capítulo sigue vivo”.

Y en este caminar nuestro, aprenderemos a custodiar y cuidar la perla preciosa que Aquel mercader dejó en nuestras manos